Publicación: La lúdica, herramienta pedagógica para desarrollar habilidades lectoescritoras en los estudiantes de segundo de primaria de la IE. Teniente Cruz paredes en Cumaral, Meta
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Resumen en español
Debido a la importancia que tiene la lectoescritura en la vida de los sujetos, uno de los primeros objetivos es que aprenda a leer y a escribir desde que inicia su vida escolar para que pueda integrarse a su nuevo grupo social de una manera más asertiva. Es bastante frecuente escuchar que los niños no saben leer, ante esta afirmación conviene reflexionar cuál ha sido la práctica de la lectura a la que han estado expuestos. Generalmente por lectura se ha entendido la identificación correcta de las letras y las palabras y para ello se exige la memorización del alfabeto y de las sílabas y se usa un libro único para tomar la lección que consiste en que el niño verbalice el contenido de una página de la cartilla ( Coquito,) para aprender a leer, actividad que ocasiona temor y una gran presión al niño cuando no sabe una lección porque le impide pasar a la siguiente, con esa práctica el niño no está aprendiendo a leer sino a decodificar, porque leer es comprender. Cuando se proponen actividades como las mencionadas, se deduce que la o el docente cree que leer es decodificar y, por eso, para enseñar a leer invierte gran cantidad del tiempo escolar y de esfuerzo en una actividad que consiste en nombrar letras o sílabas sin pensar en lo que dicen las palabras. Igualmente sucede con la escritura, cuando se afirma que los niños no saben escribir es conveniente preguntarse cuál ha sido la práctica a la que han estado expuestos. Si por escribir se entiende tener letra bonita, su práctica se enfoca en la realización de ejercicios de caligrafía con la intención de mejorar la letra y en la copia de oraciones que se le ocurren a la / el docente pero que no significan nada para los niños porque no se relacionan con su vida ni con la vida del aula. En este caso, se está estimulando solo la apariencia de la escritura (codificación) más no la expresión del pensamiento. Es responsabilidad como docentes investigar e implementar estrategias que favorezcan la formación de estas habilidades en los niños y niñas, que aprendan a leer y escribir de manera placentera, lúdica-pedagógica que a la vez despierten su imaginación y creatividad.