Publicación: Educación física desescolarizada, una perspectiva de la praxiologia y los juegos
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Resumen en español
La evolución del concepto de educación física, tradicionalmente centrado en el desarrollo físico dentro del entorno escolar, hacia un enfoque más amplio que propone su desescolarización. Este enfoque sugiere que la educación física debe extenderse a contextos fuera de la escuela, utilizando métodos pedagógicos innovadores que incluyen la praxiología y el uso de juegos para fomentar un aprendizaje integral. La praxiología, como ciencia de la acción, proporciona un marco teórico que permite una comprensión más profunda de las prácticas motrices en diversos contextos. Parlebas (2001) establece que la praxiología ayuda a analizar las interacciones y reglas implícitas de las actividades físicas, permitiendo su adaptación a diferentes entornos y realidades sociales. Esto es clave en la desescolarización, ya que facilita la creación de experiencias de aprendizaje que no solo desarrollan habilidades físicas, sino también cognitivas y socioemocionales, promoviendo una educación más inclusiva. Se introduce el concepto de “situaciones motrices”, donde cada actividad física está definida por un conjunto de reglas y relaciones sociales. Este concepto es fundamental en un enfoque desescolarizado, ya que permite adaptar las actividades físicas a las necesidades de los participantes, integrando aspectos culturales y sociales. También señala que otros pensadores, como Jean-Marie Brohm (1978), han contribuido a la crítica de la educación física tradicional, abogando por una mirada más crítica que considere las dimensiones políticas y sociales de las actividades físicas. Esta perspectiva complementa la praxiología, sugiriendo una educación física más reflexiva y consciente, que no se limite a la práctica escolar, sino que cuestione las estructuras y prácticas preestablecidas. Se analiza el papel del juego como herramienta pedagógica dentro del enfoque de educación física desescolarizada, destacando su importancia para el desarrollo físico, cognitivo y socioemocional de los individuos. Según Johan Huizinga (1955) en su obra Homo Ludens, el juego es una manifestación cultural que va más allá de los límites de la educación formal, proporcionando un medio natural y motivador para el aprendizaje. Este enfoque enfatiza que el juego, en su naturaleza estructurada y libre, fomenta el desarrollo integral al ser un espacio lúdico y dinámico que permite a los individuos aprender de manera activa y participativa. Expone los beneficios de la desescolarización de la educación física, destacando su flexibilidad y adaptabilidad para atender las necesidades y contextos diversos de los participantes. A través de la integración de la praxiología y los juegos, este enfoque permite una educación física más inclusiva y dinámica, que responde mejor a la diversidad cultural y social, frente a los métodos rígidos de la educación tradicional. Este modelo no solo fomenta la participación activa, sino que también facilita el desarrollo de habilidades cognitivas y socioemocionales, promoviendo una educación más accesible y holística. El texto resalta algunos estudios relevantes acerca de la educación física desescolarizada, una perspectiva de la praxiología y los juegos, como lo son el de (Díaz & Lavega, 2014), que presenta la praxiología motriz como un marco teórico integral para el análisis de los juegos motores, que son una parte esencial de la educación física. El de López & Pueyo (2013) investiga el impacto de la educación física desescolarizada en la praxiología motriz. El beneficio fisiológico de la actividad física, explicado por el doctor Varela (2015) en su conferencia. (Rodríguez & Fernández, 2022). En el estudio "El papel de los juegos en la desescolarización de la Educación Física: Un estudio de caso examina cómo los juegos pueden servir como una herramienta clave en la educación física desescolarizada. Lo anterior se complementa con los beneficios psicológicos, ya que la actividad física produce una sensación relajante, eleva la autoestima y produce la sensación de ser capaz y es importante en el tratamiento y manejo del estrés, la depresión, la ansiedad y los miedos. En conclusión, este enfoque ofrece una educación física más equitativa, significativa y alineada con las necesidades actuales.
Resumen en inglés
The evolution of the concept of physical education, traditionally focused on physical development within the school environment, towards a broader approach that proposes its deschooling. This approach suggests that physical education should be extended to contexts outside of school, using innovative pedagogical methods that include praxiology and the use of games to promote comprehensive learning. Praxiology, as a science of action, provides a theoretical framework that allows a deeper understanding of motor practices in various contexts. Parlebas (2001) establishes that praxiology helps to analyze the interactions and implicit rules of physical activities, allowing their adaptation to different environments and social realities. This is key in deschooling, as it facilitates the creation of learning experiences that not only develop physical skills but also cognitive and socio-emotional skills, promoting a more inclusive education. The concept of “motor situations” is introduced, where each physical activity is defined by a set of rules and social relationships. This concept is fundamental in a deschooling approach, as it allows physical activities to be adapted to the needs of participants, integrating cultural and social aspects. It also points out that other thinkers, such as Jean-Marie Brohm (1978), have contributed to the critique of traditional physical education, advocating a more critical view that considers the political and social dimensions of physical activities. This perspective complements praxiology, suggesting a more reflective and conscious physical education, which is not limited to school practice but questions pre-established structures and practices. The role of play as a pedagogical tool within the deschooled physical education approach is analyzed, highlighting its importance for the physical, cognitive, and socio-emotional development of individuals. According to Johan Huizinga (1955) in his work Homo Ludens, play is a cultural manifestation that goes beyond the limits of formal education, providing a natural and motivating medium for learning. This approach emphasizes that play, in its structured and free nature, encourages integral development by being a playful and dynamic space that allows individuals to learn in an active and participatory way. The book outlines the benefits of deschooling physical education, highlighting its flexibility and adaptability to meet the diverse needs and contexts of participants. Through the integration of praxiology and games, this approach allows for a more inclusive and dynamic physical education that better responds to cultural and social diversity, as opposed to the rigid methods of traditional education. This model not only encourages active participation, but also facilitates the development of cognitive and socio-emotional skills, promoting a more accessible and holistic education. The text highlights some relevant studies about deschooled physical education, a perspective of praxiology and games, such as that of Díaz & Lavega (2014), that presents motor praxiology as a comprehensive theoretical framework for the analysis of motor games, which are an essential part of physical education. That of López & Pueyo (2013) investigates the impact of deschooled physical education on motor praxiology. The physiological benefit of physical activity was explained by Dr. Varela (2015) in his conference. (Rodríguez & Fernández, 2022). In the study "The role of games in the deschooling of Physical Education: A case study," he examines how games can serve as a key tool in deschooled Physical Education. The above is complemented by psychological benefits, since physical activity produces a relaxing sensation, raises self-esteem and produces the feeling of being capable, and is important in the treatment and management of stress, depression, anxiety and fears. }In conclusion, this approach offers a more equitable, meaningful and aligned physical education with current needs.