Percepción de los infantes entre 5 y 9 años de edad de la base de la pirámide de Villavicencio frente al dinero y sus denominaciones en el año 2016
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Rangel Carvajal, Karen Daniela | 2016
El mercadeo en el siglo XXI debe responder a preguntas más complejas que las planteadas
inicialmente por los economistas del siglo XIX acerca del consumo familiar; con unas nuevas
relaciones internas las familias modernas involucran a sus miembros en las decisiones de
consumo y en algunas de ellas los infantes tienen la posibilidad de decidir o influir en el proceso
de compra y consumo. Es por ello que este grupo etario es importante, pero poco estudiado por
muchos autores del comportamiento del consumo, cobra importancia en una sociedad como la
actual donde por una parte en algunas familias monoparentales y por otra en algunas
reconstruidas tratan de mitigar la falta de tiempo y atención de los adultos hacia los infantes con
dinero, lo que los vuelve actores de su propio consumo, con la posibilidad de influir en algunas
compras, decidir en otras y fundamentalmente comprar lo que quieran gracias a esa nueva
capacidad económica para la realización de intercambios comerciales.
Estudiar el consumo infantil en la base de la pirámide de Villavicencio (Colombia), plantea la
responsabilidad de asumir una metodología cualitativa con la que esta propuesta de investigación
no se inscribe en un contexto de confirmación de propuestas teóricas, o hipótesis. Se dirige de
manera premeditada a optar por un contexto de descubrimiento. Así, se trata de inducir, de
comprender y no de explicar (Bergadaà, 1992). Por ello su objetivo es elaborar un perfil de
comportamiento del consumidor infantil entre 5 y 9 años ubicados en la base de la pirámide de
Villavicencio (Colombia). Se espera que con el desarrollo de la presente investigación, sus
resultados contribuyan de manera decidida y abierta a la reafirmación defendida por algunos
teóricos y practicantes del marketing en la cual, es la cultura y especialmente los agentes de
interacción social los que determinan el comportamiento de sus miembros. Con lo que la cultura
toma el papel de explicadora y sustentadora de muchos de los comportamientos que como seres
humanos en nuestro rol de consumidores asumimos. Para lograrlo se adopta lo planteado por la
escuela de comportamiento del consumidor (Sheth, Gardner y Garrett 1988) y el cruce de las
dimensiones No económicas y No interactivas, destacando lo propuesto por Brée (1995) quien
plantea que se puede modelizar el proceso de socialización del consumidor infantil a partir de una
serie de variables y sus interacciones. Los resultados esperados a partir de la presente
investigación se divulgarán mediante la presentación de ponencias en eventos internacionales, en
artículo científico y otras publicaciones escritas tanto nacionales como regionales.
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